El corazón es la máquina más perfecta del cuerpo humano. Tiene el tamaño aproximado de un puño, es hueco y tiene forma de pera. Este músculo cardíaco, situado en medio del tórax, funciona como una bomba. Recoge la sangre del organismo, pobre en oxígeno y la bombea hacia los pulmones, donde se oxigena y libera los desechos metabólicos (dióxido de carbono). Esta sangre rica en oxígeno será distribuida desde el corazón hacia todos los órganos del organismo.
El corazón de la mujer suele ser más pequeño que el del hombre, por lo que late de 5 a 8 veces más por minuto.
Partes del corazón
El corazón, cubierto por una membrana llamada pericardio, se divide en cuatro cavidades o cámaras: dos aurículas, en la parte superior, que reciben sangre de las venas, y la envían a dos ventrículos, situados en la parte inferior.
Los ventrículos bombean la sangre para ser distribuida por los vasos sanguíneos todo el cuerpo para el funcionamiento normal de células, tejidos y órganos mediante las arterias.
Funciones de las aurículas y los ventrículos
Las aurículas y los ventrículos trabajan en equipo.
- La sangre pobre en oxígeno entra a la aurícula derecha a través de las venas cavas superior e inferior procedente de los diferentes tejidos del cuerpo.
- Cuando la aurícula derecha se llena, la válvula tricúspide se abre, y la sangre va hacia el ventrículo derecho, cuando este se llena, envía la sangre hacia los pulmones a través de la arteria pulmonar, para que la sangre se oxigene.
- La sangre ya rica en oxígeno fluye por las venas pulmonares hacia la aurícula izquierda.
- Cuando ésta se llena, la válvula mitral se abre y la sangre va hacia el ventrículo izquierdo, que bombea la sangre por la válvula aórtica para repartir la sangre oxigenada por todo el cuerpo.
El corazón tiene cuatro válvulas de una sola dirección: la mitral y la tricúspide (entre aurículas y ventrículos); la aórtica (situada entre el ventrículo izquierdo y la aorta); y la válvula pulmonar (entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar), que se abren para regular el flujo de sangre y se cierran para asegurar el sentido y la cantidad adecuada del flujo sanguíneo por el interior del corazón.
Tabique cardíaco
La parte derecha del corazón, es decir, tanto aurícula como ventrículo, está separada de la parte izquierda por un tabique o pared muscular, que evita que se mezcle la sangre de los dos lados del corazón.
Cuando el tabique es demasiado grueso puede provocar complicaciones en el corazón. En algunas cardiopatías congénitas, esta comunicación está abierta como en el caso de la comunicación interauricular (CIA).
Arterias del corazón
Este órgano necesita su propio suministro de energía. El músculo cardíaco recibe la sangre para que pueda contraerse con eficacia a través de las arterias coronariasderecha e izquierda, que salen de la arteria aorta.
Cada arteria del corazón tiene la función de nutrir una zona diferente del corazón. Cuando se obstruyen, se produce una enfermedad coronaria ( infarto o angina de pecho).
¿Cómo funciona el corazón?
El sistema circulatorio está formado por el corazón y los vasos sanguíneos por donde circula y es impulsada la sangre hacia todo el organismo a través de las arterias y la recibe por las venas (sistema venoso). A través de esta circuito se distribuye el oxígeno que entra en los pulmones para repartirlo por los diferentes órganos, incluido el corazón.
El músculo cardíaco se contrae y se expande de 70 a 80 veces por minuto (el corazón late aproximadamente 100.000 veces al día) y bombea entre 4 y 6 litros por minutos en reposo y duplica, incluso triplica el volumen en situaciones de estrés o ejercicio intenso.
Nodo sinusal
El corazón tiene un sistema eléctrico que produce contracciones rítmicas y coordinadas entre aurículas y ventrículos. El dispositivo natural que genera la señal eléctrica es el nodo sinusal. Este marcapasos natural, origina el ritmo normal del corazón (ritmo sinusal). Proporciona al corazón un ritmo regular y una contracción correcta. Se encuentra en la parte superior de la aurícula derecha. Provoca una señal eléctrica que se trasmite a través de un circuito primero a las aurículas y después a los ventrículos por el “nodo auriculoventricular” (nodo AV), ubicado entre las cámaras superiores e inferiores.
La señal pasa al ventrículo derecho e izquierdo por las ramas de conducción eléctrica derecha e izquierda.
Cuando el corazón late, las aurículas se contraen y se llenan de sangre los ventrículos, que al contraerse empujan la sangre a todas la partes del cuerpo (circulación mayor o sistémica).
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La circulación pulmonar, también llamada circulación menor, es el segundo recorrido de la circulación sanguínea. Este movimiento de la sangre, que se lleva a cabo en la mitad derecha del corazón y los pulmones, fue descubierto por el médico Miguel Servet, quemado vivo en 1553 por la intolerancia calvinista.
Impulsada por el bombeo del corazón,la sangre cargada de oxígeno llega a todos los tejidos de nuestro organismo por el sistema arterial.
La cantidad de flujo sanguíneo se adapta siempre en función de las necesidades de cuerpo. Por ejemplo, cuando hacemos ejercicio la demanda de oxígeno aumenta debido a que nuestros músculos requieren más oxígeno. De esta manera el corazón late más deprisa y expulsa más sangre.También se incrementa la respiración.
El recorrido de la sangre desde el corazón
El sistema cardiovascular está formado por el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre. El corazón es una doble bomba muscular perfecta. Divida en dos partes: derecha e izquierda por un tabique impermeable a la sangre.
La función principal de este magnífico órgano flexible, enérgico y eficaz es enviar con cada latido la sangre rica en oxígeno y nutrientes hacia las arterias. Y todo ello gracias a un marcapasos natural que genera unos setenta impulsos eléctricos por minuto y es capaz de transmitirlos a todo el músculo cardíaco a través de un complicado sistema eléctrico provocando la contracción de sus fibras.
Las arterias son como grandes tuberías que forman parte de un complejo sistema de unos 150.000 kilómetros de vasos sanguíneos para transportar sangre a todo el cuerpo hasta llegar a los capilares desde allí retornan la sangre venosa al corazón.
¿En qué consiste la circulación menor?
Procedente de los vasos venosos la sangre con menos oxígeno y con desechos metabólicos llega a las venas cavas y desde allí regresa al corazón.
Gracias al ciclo cardíaco, ese rítmico tic tac constante, la sangre entra en la aurícula derecha y es allí donde se inicia la circulación pulmonar.
La sangre de las venas, con anhídrido carbónico (C02), llega a aurícula derecha. Al contraerse esta cavidad la sangre baja al ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide. Con la contracción del ventrículo derecho atraviesa la válvula pulmonar y el flujo sanguíneo va hacia los pulmones por la arteria pulmonar y sus ramificaciones. Este proceso se produce ¡en menos de diez segundos!
Ya en los pulmones la sangre va desde los capilares a los alvéolos donde se libera el C02 y vuelve a cargarse de oxígeno. Es lo que conocemos como respiración, un proceso básico para la vida de los tejidos. Una vez ha sido oxigenada en los pulmones, la sangre viaja desde los capilares pulmonares, en vasos cada vez mayores, hasta las venas pulmonares, que desembocan en la aurícula izquierda del corazón. Y desde allí, a través de la válvula mitral llega al ventrículo izquierdo. Al contraerse se abre la válvula aórtica y se inicia la circulación sistémica o mayor que irrigará todo el organismo con la sangre rica en oxígeno.
Sistema venoso
La presión en la venas es mucho menor que en las arterias.
La sangre, procedente de los capilares, circula hacia el corazón gracias a su capacidad de bomba aspirante y ayudada por unas válvulas semilunares de las venas que impiden el retroceso. Por esta razón, las venas son mucho más delgadas y frágiles que las de las arterias y sin embargo se logra un flujo regular que circula compatible con la arterial de mayor presión.
Curiosamente en la circulación menor, por tradición, se llaman arterias pulmonares pero llevan sangre venosa (de ventrículo derecho a pulmones) y son las cuatro venas pulmonares (de pulmones a aurícula izquierda) las que llevan sangre arterial.
El corazón es inagotable. Repite una y otra vez este proceso de contracción y relajación. De la misma manera que la sangre recorre ambos circuitos sanguíneos segundo a segundo, minuto a minuto, hora tras hora y todos los días de nuestra vida.
El corazón funciona como una doble bomba. Propulsa la sangre oxigenada en los pulmones hacia todo el organismo a través de las arterias y recibe la sangrepobre en oxígeno de vuelta a través de las venas.
Este maravilloso órgano está formado por cuatro cavidades: dos aurículas -situadas en la parte superior, que reciben la sangre- y dos ventrículos, -en la parte inferior, que la bombean fuera del corazón-.
El mecanismo que regula la sangre dentro del corazón para que sea bombeada por todo el sistema circulatorio hacia todo el organismo, se produce gracias a la contracción y relajación de las paredes y de la apertura y cierre a su debido tiempo de las válvulas cardíacas. Es lo que se conoce como ciclo cardíaco.
Las válvulas del corazón: mitral, tricúspide, pulmonar y aórtica
El corazón tiene de cuatro válvulas: dos que comunican las aurículas y los ventrículos, y otras dos entre los ventrículos y la arteria pulmonar y la aorta. Para que la sangre fluya de forma efectiva en el sentido correcto, los ventrículos tienen válvulas de entrada (mitral y tricúspide) y válvulas de salida.
Las válvulas del corazón disponen de varios velos a modo de pequeños paracaídas denominados valvas. Estos velos finos aseguran que el flujo sanguíneo circule en una sola dirección y la sangre no retroceda.
- Válvula tricúspide: entre la aurícula derecha y el ventrículo derecho.
- Válvula mitral: localizada entre la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo.
- Válvula aórtica: situada entre el ventrículo izquierdo y la aorta.
- Válvula pulmonar: entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar.
La forma de las válvulas que comunican las aurículas y los ventrículos (mitral y tricúspide) es diferente a la forma de las válvulas que se encuentran entre los ventrículos y las arterias pulmonar y aorta (válvulas pulmonar y aórtica).
Las primeras constan de un anillo que las sujeta al orificio situado entre la aurícula y el ventrículo.
¿Cómo funcionan las válvulas cardíacas?
Las válvulas del corazón se abren y se cierran con cada latido enviando la sangre en dos fases (diástole y sístole). Cada mitad del corazón funciona de forma independiente: la parte derecha es responsable del retorno de la sangre pobre en oxígeno y la parte izquierda envían la sangre oxigenada al resto del cuerpo.
La sangre pobre en oxígeno y nutrientes, procedente de la vena cava, entra primero en la aurícula derecha. Cuando esta cavidad se llena, la válvula tricúspide se abre, y la sangre baja hacia el ventrículo derecho, cuando este se llena, envía la sangre hacia los pulmones por la arteria pulmonar, para que la sangre se oxigene.
Ya rica en oxígeno, la sangre fluye por las venas pulmonares hacia la aurícula izquierda. Cuando ésta se llena, la válvula mitral se abre y la sangre va hacia el ventrículo izquierdo, que bombea la sangre a través de la válvula aórtica para repartir la sangre oxigenada por todo el organismo. El ventrículo izquierdo trabaja a más presión porque es el responsable de enviar la sangre al sistema circulatorio sistémico o general.
Enfermedades relacionadas con las válvulas cardíacas
Las válvulas cardíacas dirigen la circulación de la sangre por los vasos sanguíneos en un solo sentido. Se trata de unos velos finos que cuando se cierran imposibilitan que la sangre circule en dirección contraria y cuando se abren facilitan que el flujo sanguíneo vaya hacia adelante.
Algunas causas como las infecciones o los depósitos de calcio pueden ir haciendo más estrecha la apertura de las válvulas (como la estenosis aórtica o estenosis pulmonar) o impedir que se cierren de forma correcta, haciendo que la sangre regrese a la cavidad de donde venía (insuficiencia valvular).
Estos trastornos pueden alterar gravemente la capacidad de bombeo del corazón debido a que el flujo de sangre regulado por las válvulas sea insuficiente.
Si estas enfermedades valvulares van progresando es posible que haya que recurrir a la cirugía puede tratarlas.
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