El prosoma es uno de los tagmas en que se divide el cuerpo de los quelicerados (el otro tagma es el opistosoma; los quelicerados no tienen una cabeza diferenciada del resto del cuerpo). El prosoma es a veces denominado cefalotórax, término desaconsejado ya que no es homólogo del cefalotórax de los crustáceos. En arañas y amblipigios existe una constricción o cintura (pedicelo) que separa el prosoma del opistosoma, pero en el resto de arácnidos el límite entre ambos tagmas es menos evidente.
En la mayoría de los quelicerados los segmentos del prosoma están fusionados y sus placas tergales forman un caparazón continuo llamado escudo prosómico, con lo que el prosoma adquiere una estructura rígida y compacta; no obstante, en algunos grupos, como los opiliones y solífugos, los dos últimos segmentos del prosoma son libres. El prosoma lleva los ojos simples, la boca, los quelíceros, los pedipalpos y cuatro pares de patas marchadoras. El prosoma realiza, por tanto, funciones sensoriales y de coordinación, ingestión de alimento y locomoción.
Según Armengol (p. 88):1
Es prácticamente imposible deducir con seguridad, a través de los elementos externos, cuántos y cuáles son los metámeros que integran el tagma anterior del cuerpo (prosoma).
A pesar de la categórica afirmación anterior, tradicionalmente se ha interpretado que el prosoma de los quelicerados es el resultado de la fusión de la cabeza y del tórax.2 1 No obstante, recientes estudios comparados de genes homeobox3 4 5 aportan fuertes evidencias de que el prosoma sería en realidad la cabeza, y que los quelicerados serían un linaje con siete segmentos cefálicos, en vez de los seis típicos de los mandibulados (crustáceos, miriápodos y hexápodos).
Anatomía externa de una araña. C: Prosoma; A: Opistosoma; Q: quelíceros; P: pedipalpos; L1-L4: patas marchadoras; H: hileras.
El pterostigma es una celdilla en la parte externa de las alas de los insectos, la cual a menudo está densamente coloreada, lo que la hace resaltar de las demás celdillas. Es particularmente visible en los anisópteros, pero también está presente en otros grupos de insectos, tales como los rafidiópteros, himenópteros y megalópteros.
Los pulmones en libro,1 pulmones laminares o filotráqueas,2 son órganos respiratorios de arañas, escorpiones y otros arácnidos usados para el intercambio de gases atmosféricos y formados por una serie de cavidades de tejido del sistema respiratorio del animal, organizadas como las páginas de un libro (por lo que en inglés se le llama book lung). Cada uno de estos órganos se encuentra dentro de una cavidad abdominal ventral y conecta con el exterior a través de una pequeña abertura o ranura. Estos pulmones no están evolutivamente emparentados con los pulmones de los tetrápodos. Su número varía de un par en la mayoría de las arañas a cuatro pares en los escorpiones. Muchos arácnidos como los ácaros no tienen rastro de estos pulmones y respiran solamente a través de las tráqueas (delgados tubos) o de la superficie de su cuerpo.
El órgano está localizado en el interior del opistosoma o abdomen y en él se encuentra la hemolinfa (la sangre de los artrópodos). Los pliegues maximizan la superficie expuesta al aire y de ese modo facilitan el intercambio de gases con el ambiente. En la mayoría de las especies no se requiere del movimiento de las placas para facilitar la respiración.
1: poro; 2: espacio lleno de hemolinfa; 3: láminas del pulmón
quela a la terminación en forma de pinza de un apéndice en un artrópodo. Ese es el significado del griego χηλή, del que procede. También se expresa diciendo de un apéndice que es queliforme, es decir, que tiene forma de pinza; o que es quelífero (de χηλή, pinza, y φέρω, llevar) o sea, portador de una pinza. Una quela se basa en la articulación entre dos artejos, uno basal prolongado por una apófisis, y otro distal.
Encontramos en los artrópodos dos casos especialmente significativos en cuanto a la presentación y papel de las quelas:
- Se llama quelípedo (del latín chela, derivado del griego χηλή, pinza; y pedis, pie) a una pata fuertemente diferenciada para la función prensil. Encontramos este tipo de extremidad en muchos crustáceos decápodos, como los cangrejos o los bogavantes, o en algunos arácnidos, como los escorpiones y los pseudescorpiones. Se trata en esos crustáceos de la diferenciación del primer par de patas locomotoras, y en esos órdenes de arácnidos de los pedipalpos, para una función prensil, usada en la defensa, la captura del alimento, el combate territorial y el cortejo. En los pseudoscorpiones son las quelas además las que inyectan veneno.
- Se llama quelíceros (del griego χηλή, pinza, y κέρας, cuerno) a los apéndices del primer par, anatómicamente preoral (aunque embriológicamente postoral) del amplio grupo de artrópodos llamados quelicerados, precisamente por este rasgo. Los quelíceros son a menudo órganos pequeños, aunque pueden llegar a ser enormes en algunas arañas o en los solífugos. En las arañas son los quelíceros los que inyectan el veneno.
Es importante señalar que no existe homología entre los tres tipos de apéndices citados: las quelas o quelípedos de ciertos crustáceos, los de ciertos arácnidos y los quelíceros de todos los arácnidos y demás quelicerados. Debe observarse también que en arácnidos como los escorpiones existen a la vez quelípedos y quelíceros, aunque a los primeros se les cita habitualmente como pedipalpos.
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