lunes, 24 de abril de 2017

Anatomía animal

anatomía de los artrópodos

 apéndices birrámeos son aquellos apéndices provistos de dos ejes; son característicos de artrópodos acuáticos (trilobites y crustáceos).
La estructura básica ideal de los apéndices de los artrópodos consta de una parte basal o proximal que sirve como punto de unión con el cuerpo, y una parte distal que, en principio, tienen función locomotora. Dependiendo de la morfología de dicha parte distal, se distinguen dos tipos morfológicos de apéndices, los unirrámeos, con un solo eje (típicos de los artrópodos terrestres como los arácnidosmiriápodos e insectos), y los birrámeos, con dos ejes.

Los apéndices birrámeos poseen dos ejes. La zona proximal se llama protopodio o simpodio, en la que se articulan dos ramas, una principal interna (endopodio) y otra secundaria externa (exopodio). El protopodio puede tener también éxitos y enditos, además de epipodios con función respiratoria. Los apéndices birrámeos son típicos de los artrópodos acuáticos (trilobites y crustáceos).
No hay acuerdo sobre qué tipo de apéndice apareció primero en el curso de la evolución. Se han barajado las tres hipótesis posibles, es decir, el modelo primitivo era unirrámeo, el modelo primitivo era birrámeo, y unirrámeos y birrámeos se originaron de modo independiente.

Los anomalocáridos son un orden de artrópodos paleozoicos que llaman la atención por su extraña morfología. Se asemejan a una gamba gigantesca con dos grandes apéndices espinosos que llevan la comida a una boca dentada en forma de rodaja de piña, que se sitúa en la parte inferior de la cabeza. En la actualidad no existe ningún animal que se asemeje a esas magníficas criaturas; de hecho, el último registro de anomalocáridos que se posee en la actualidad es del Devónico, aunque el grupo es visto como típico del Cámbrico.
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Peytoia, un anomalocárido, de perfil y de frente.
Y como puede verse en la imagen anterior, los anomalocáridos no poseían patas como tal, si no que éstos animales acuáticos se desplazaban por la columna de agua mediante una serie de aletas unidas a sus segmentos corporales. Y son éstas aletas las que han causado más problemas a la hora de clasificar a los anomalocáridos.
Los artrópodos tuvieron su origen en el Cámbrico, y más pronto que tarde en la historia evolutiva de éstos, se produjo la formación del apéndice birrámeo (en pocas palabras, miembros que se dividen en dos apéndices independientes), por lo que la gran mayoría de los artrópodos del Cámbrico, poseen ésta característica. Los anomalocáridos son una excepción.
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Miembro birrámeo de trilobite. Más dorsal estaría el exopodio, que lleva las branquias, mientras que en posición mas ventral estaría el enodopodio, las patas locomotoras. Modificado de Whittington y Almond.
Al no poseer patas, se desconocía la procedencia de las aletas de los anomalocáridos. De hecho, la presencia de patas reducidas bajo las aletas en Kerygmachela (un animal cercano a los anomalocáridos), dio lugar a la hipótesis de que en los verdaderos anomalocáridos éstas se habían perdido por completo. Pero el descubrimiento de Aegirocassis benmoulae demuestra que ésta afirmación no es cierta.
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Keygmanchela y sus pequeñas patitas (parte ventral del animal pequeño)
Aegirocassis benmoulae es un enorme anomalocárido de lo más curioso, no sólo por sus aletas, si no también por su tamaño. Con 2,10 metros de longitud y una particularidad respecto al resto de anomalocáridos, que son, en su mayoría, depredadores.
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Detalle del apéndice frontal de A. benmoulae. Del eje del apéndice (derecha) surgen filamentos flexibles (flecha azul) que se articulan en pequeñas cuencas (flecha roja). De dichos apéndices surgen pequeñas espinas que forman una red (flechas moradas)
A. benmoula es, en cambio, un organismo filtrador. Esto se sabe debido a la conservación de sus apéndices anteriores, que disponían de filamentos intrincados para atrapar el plancton. Por tanto, Aegirocassis ocuparía un nicho similar al que ocupan las ballenas actuales. Un titánico (comparado con el resto de la fauna cámbrica conservada) filtrador nectónico de los mares paleozoicos. Estas características arrojan algo de luz sobre el ecosistema cámbrico, que hasta ahora se pensaba que se desarrollaba casi exclusivamente sobre el sustrato del fondo del mar.
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Aegirocassis benmoulae, por Marianne Collins.
No sólo eso. Una cuidada examinación del fósil de A. benmoulae llevó al descubrimiento de una segunda fila de aletas, más dorsal, en el cuerpo de este animal. La observación en detalle de estas estructuras permitió reconocer a la fila dorsal de aletas como homólogas a los exopodios y las ventrales como homólogas a los endopodios. Los anomalocáridos habrían transformado sus patas en aletas. No sólo eso, en los anomalocáridos con una sola línea de aletas, ésta sería homóloga al endopodio, las patas locomotoras de, por ejemplo, los insectos actuales.
Como las aletas de un mismo segmento de A. benmoulae no están fusionadas en su base, ahora se piensa que los anomalocáridos son artrópodos basales, que se originaron antes de la fusión de endopodio y exopodio (antes de la aparición del apéndice birrámeo). Este descubrimiento ha llevado a la revisión de los fósiles de otros animales del grupo, y ya se ha descubierto esta segunda línea de aletas en otras especies.



apéndices unirrámeos son aquellos apéndices provistos de un solo eje o rama.1
La estructura básica ideal de los apéndices de los artrópodos consta de una parte basal o proximal, que sirve como punto de unión con el cuerpo, y una parte distal que, en principio, tiene función locomotora.
Dependiendo de la morfología de dicha parte distal, se distinguen dos tipos morfológicos de apéndices, los apéndices unirrámeos, con un solo eje (típicos de los artrópodos terrestres, como los quelicerados, los miriápodos y los insectos), y los birrámeos, con dos ejes.

Estructura de los apéndices unirrámeos

En los apéndices unirrámeos la zona proximal se denomina coxopodio o coxito, y la distal, telopodio o telopodito. Ambas están constituidas por un número variable de artejos.
El coxopodio posee a menudo expansiones denominadas exitos, situadas en la parte externa, y enditos, localizadas en la parte interna.
Los apéndices unirrámeos son típicos de los artrópodos terrestres, como los arácnidos, los miriápodos y los insectos.1
No hay acuerdo sobre qué tipo de apéndice apareció primeiro en el curso de la evolución. Se barajaron las tres hipótesis posibles, es decir, que el modelo primitivo era unirrámeo, que el modelo primitivo era birrámeo, y que los apéndices unirrámeos y birrámeos se originaron de modo independiente.
Antena unirrámea de un coleóptero de la familia de los Tenebrionidae.


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