lunes, 17 de julio de 2017

Anatomía animal

la de los mamíferos
El abomaso o cuajar es el cuarto y último compartimento del estómago de los rumiantes. Segrega la rennina - cuya variedad artificial se denomina cuajo, y que se utiliza en la producción de queso.
La palabra abomaso proviene del latín abomasum "intestino de un buey".La ubicación anatómica normal del abomaso es a lo largo del eje ventral. Es un estómago secretador de ácido clorhídrico (HCl) y las enzimas pepsina y renina con una función similar al estómago monogástrico. Principalmente interviene en la hidrólisis ácida de los microbios y proteínas dietarias, preparando a dichas fuentes de proteínas para su posterior digestión y absorción en el intestino delgado.

Enfermedades[editar]

Desplazamientos[editar]

El ganado lechero sometido a dietas para producciones elevadas puede sufrir cierto número de enfermedades en el abomaso, principalmente después de tener cría. Un abomaso lleno de gas se puede desplazar a posiciones diferentes de la normal, pudiendo identificarse dos condiciones diferentes: cuando el abomaso se desplaza hacia la izquierda (LDA) y cuando se desplaza hacia la derecha (RDA). Si el abomaso se desplaza hacia la derecha, corre el riesgo de rotarse, convirtiéndose en una torsión de abomaso a la derecha (RTA). Un abomaso desplazado puede dar como resultado algunos o todos de los siguientes síntomas en las vacas: pérdida de apetito (es común que el apetito sea selectivo, es decir rechazan los carbohidratos y prefieren la fibra), disminución de las contracciones del rumen, disminución del mascado del bolo alimenticio, el bolo fecal está reducido en volumen, hay deshidratación, pérdida de peso, cetosis secundaria y descenso en la producción de leche. Aunque un LDA o RDA no representa un riesgo inmediato para la vida, se requiere la atención de un veterinario para su corrección.

Abomasitis[editar]

La abomasitis (inflamación del abomaso) es una enfermedad relacionada con el abomaso relativamente rara pero grave, cuyas causas se desconocen.

Los rumiantes son animales poligástricos, es decir, que la estructura anatómica de sus estómagos es compleja por estar formada por 4 compartimentos. Los cuatro compartimentos son: el retículo, rumen, omaso y abomaso. En el esquema se muestra, de modo resumido, cual es la localización anatómica de cada compartimiento. Los tres primeros se denominan conjuntamente preestómagos y poseen una mucosa aglandular (epitelio sin capacidad de producir jugos con función digestiva). El último de los cuatro, el abomaso, es el que posee una estructura glandular equivalente a la del estómago simple en los monogástricos. 

Esquema
Nomenclatura
Descripción
RETÍCULO
 Situado en la parte anterior de la cavidad abdominal. 
 Separado del rumen por el pliegue retículo-ruminal. Comunicación internamente por la parte superior.
RUMEN
 Compartimiento más voluminoso. Su volumen es aproximadamente el 75% de los cuatro compartimentos.
  Situado en el flanco izquierdo de la cavidad abdominal.
 Está dividido en un saco dorsal y otro ventral por una serie de  proyecciones musculares.
OMASO
  Situado en la parte derecha de la cavidad abdominal
  Conectado con el retículo (orificio retículo-omasal) y con el abomaso.
ABOMASO
  Situado en la parte derecha de la cavidad abdominal. 
  Forma de saco alargado. Es el único de los cuatro con función glandular.

Por otra parte, desde el punto de vista fisiológico, existe una división de las funciones de aparato digestivo del rumiante en dos compartimentos:
 Sector anterior (retículo y rumen)., que se encarga de:
§ Preparación del alimento para la digestión química en el abomaso e intestino delgado.
§ Mezcla del alimento y degradación de la celulosa por bacterias y protozoos  
§ Regurgitación y remasticación del alimento en la boca
§ Distribución del alimento remasticado en el rumen-retículo y paso al omaso
§ Eliminación de los gases que se acumulen por la actividad bacteriana
 Sector posterior 
 El omaso, asume funciones preparatorias del alimento y retiene agua
  En el abomaso se realiza la verdadera digestión gástrica.  
Fotografía tomada de la siguiente la página web de la Universidad de Pensilvania State.

Por último en relación a la evolución y desarrollo de los estómagos de los rumiantes, señalar que el abomaso es el compartimiento inicialmente más importante en el animal después del nacimiento,  representando el 75% del volumen de los estómagos. En este período de tiempo los rumiantes dependen exclusivamente de la alimentación láctea y se consideran como animales monogástricos. La leche ingerida es conducida mediante un pliegue de la pared del retículo desde el cardias hasta el abomaso sin atravesar el rumen. Se denomina gotera esofágica, y se produce mediante un reflejo cuando el animal realiza la succión de la leche.
El desarrollo posterior de los preestómagos depende de la posibilidad de acceso a una dieta más fibrosa, que estimula:
 La implantación de la flora microbiana, ya que desde un punto de vista microbiológico en el nacimiento los estómagos se encuentran en condiciones de esterilidad. La cría adquiere la flora microbiana por el contacto con los otros animales y por el hábito de lamer objetos.
 El desarrollo de la mucosa y de la musculatura del rumen.
Si se suministra heno al lactante a partir de la 2ª semana de vida, se considera que a las 12 semanas ya se ha completado la evolución a un animal rumiante. En la actualidad se logra un desarrollo más precoz de los estómagos del rumiante con la administración de piensos que con forrajes, especialmente si son de mala calidad.  
La evolución progresiva del tamaño de cada uno de los compartimentos y en especial la relación rumen-abomaso se puede observar en el siguiente esquema. El abomaso está señalado de color amarillo.
El abomaso se sitúa normalmente en el piso del abdomen, pero puede llenarse de gas y subir hasta el techo del abdomen, y así recibir el término ‘desplazado’.
La causa específica del desplazamiento de abomaso no se conoce bien, pero, hay dos factores de riesgo implicados:
Parto – La mayoría de los casos ocurren justo después del parto. Durante la preñez, el útero desplaza el abomaso, y así este debe volver a su posición normal, incrementando el riesgo de desplazamiento de abomaso.

Funcionamiento del abomaso – Si el abomaso deja de funcionar, se puede acumular gas y hay más probabilidades de que el abomaso se desplace hacia arriba dentro del abdomen.

Tanto en el desplazamiento de abomaso hacia la derecha o a la izquierda, la entrada y salida hacia el estomago esta algo torcida. Esta torcedura, junto con la acumulación de gas y fluidos, hacen que el pasaje del alimento sea mas lento. Los síntomas observados en la vaca son depresión, disminución del apetito, especialmente menor ingesta de concentrados, una reducción drástica en la producción de leche, y estiércol flojo (diarrea) o firme, pero en escasa cantidad.




aparato locomotor de los mamíferos

Sistema óseo[editar]

Básicamente el esqueleto de todos los mamíferos está constituido por los mismos grupos óseos con morfología y características similares o diferentes según los casos y comprende una estructura axial compuesta por cabezacolumna vertebral y caja torácica, y unas estructuras apendiculares (normalmente, cuatro) integradas por las extremidades y las respectivas cinturas que las unen al tronco.
Se caracterizan por tener una columna vertebral dividida en varias partes bien diferenciadas.
Mantener constante la temperatura corporal requiere un aporte energético que debe ser minimizado optimizando el gasto. Para ello, el aparato locomotor de estos animales ha evolucionado para conseguir uno de los mayores logros de la naturaleza.
A diferencia de reptiles y anfibios, las extremidades no se articulan perpendicularmente al tronco situándose a ambos lados del mismo, sino que lo hacen bajo él permitiendo, por un lado conseguir mayor eficiencia energética en la locomoción y por otro alcanzar mayor envergadura ya que de este modo elevar el tronco del suelo requiere menor gasto energético.

Esqueleto axial[editar]


Cráneo de hipopótamo (Hippopotamus amphibius).
El crecimiento de los huesos se detiene cuando el animal se hace adulto, permitiendo así un ahorro energético, pero además, durante la evolución, los huesos de estos animales han ido fundiéndose y simplificándose de tal modo que su crecimiento suponga también menores requerimientos de energía.
El cráneo es quizá el mejor ejemplo de esta simplificación ósea. Los huesos que lo forman están soldados a diferencia de lo que ocurre en reptiles, donde se unen mediante cartílagos. Esto a su vez proporciona mayor superficie para la inserción de músculos de mayor tamaño, o más numerosos.
Las costillas de los mamíferos se articulan exclusivamente con las vértebras torácicas, mientras que en reptiles lo hacen también con las cervicales y las lumbares.
El número total de vértebras y el de cada tipo de ellas varía de unas especies a otras. Las vértebras cervicales son siete con excepción del manatí que tiene seis, el perezoso de tres dedos que tiene diez y el resto de perezosos que presentan un número variable de ellas.
También la cintura pectoral es simple en los mamíferos. La clavícula y los omóplatos son los únicos huesos que la forman, y con ellos se articulan las extremidades anteriores. Como la escápula se sujeta al tronco únicamente por músculos, y la clavícula sólo se articula con el esternón, las extremidades poseen grandes posibilidades de movimiento de las que carecen otros tetrápodos.
Ilionisquion y pubis son los tres huesos que se hallan fusionados en los mamíferos para formar la pelvis, que no es sino el hueso que se articula con el tronco en la región a la que da nombre y a su vez con las extremidades posteriores.

Esqueleto apendicular[editar]


Pies y manos de algunos primates.
Pero el diseño músculo-esquelético de los mamíferos ha evolucionado en función del tipo predominante de locomoción de la especie. No sólo hay especies cuadrúpedas terrestres, que son la mayoría, sino que también las hay bípedas, o con capacidad para utilizar dos o cuatro extremidades al desplazarse. Otras lo hacen bajo el suelo, y no pocas colgadas de las ramas de los árboles. Además hay mamíferos acuáticos y otros con capacidad para volar, lo que convierte a este grupo de animales en una variedad de aspectos morfológicos que estarán siempre en función del sistema de locomoción empleado de forma habitual.
La mayor parte de los mamíferos son gregarios y poseen cuatro extremidades con cinco dedos en cada una, es decir, son cuadrúpedos y pentadáctilos, y una gran mayoría de ellos además se apoyan en el suelo con toda la superficie plantar (plantígrados), aunque la adaptación a los distintos medios ha dado lugar a grandes diferencias producto de la evolución:
  • Los animales que alcanzan mayor velocidad sobre el suelo se apoyan sobre los dedos, bien sobre el extremo (ungulados) o sobre su superficie ventral (digitígrados).
  • Muchas especies pierden algunos de sus dedos: los artiodáctilos tienen dos o cuatro y los perisodáctilos uno o tres.
  • Los cetáceos, sirenios y carnívoros marinos sufren grandes modificaciones del esqueleto de las extremidades, adaptándose éstas al medio acuático.
  • Las falanges de los quirópteros son exageradamente largas para servir de armazón óseo a las alas membranosas que se extienden entre ellos.
  • Muchos mamíferos zapadores ensanchan los huesos de las extremidades anteriores para servirse de ellos como palas retirando la arena.
  • Los canguros y otros animales que se desplazan saltando desarrollan poderosamente las extremidades posteriores, en algunos casos en detrimento de las anteriores.

Sistemas neuromusculares[editar]


Esquema de sistema muscular.
La masa muscular de los mamíferos se organiza en grupos o sistemas neuromusculares que ejercen una función sinérgica o complementaria y están inervados e irrigados por las mismos haces nerviosos y vasos sanguíneos.
Éstos se unen principalmente a huesos mediante tendones y aponeurosis, aunque también lo hacen a cartílagosvísceraspiel u otros músculos.
La principal función de los músculos es la relacionada con el movimiento del organismo y en función de éste adquieren mayor o menor desarrollo a la par que formas y estructuras en las distintas especies.
El sistema muscular no presenta rasgos diferenciadores significativos entre clases, ni entre especies de ésta por lo que detenernos en ellos escapa a los objetivos principales que nos ocupan.

Adaptación del aparato locomotor[editar]

Adaptaciones para el vuelo y el planeo[editar]


Las alas de un pterosaurio, un zorro volador y un ave.
Las diferencias anatómicas de los quirópteros con la generalidad de los mamíferos son más que notables, tratándose de las únicas especies de la clase que presentan alas que les permiten el vueloactivo. Estas son formaciones membranosas constituidas por piel, delgados músculos y tejido conectivo laxo conocidas como patagio.
La extremada delgadez de los huesos de los murciélagos tiene como fin disminuir la masa corporal para que el vuelo sea menos costoso, pero da como resultado que no puedan alcanzar en ningún caso la envergadura de aves de mediano y gran tamaño. Para conseguir más maniobrabilidad en el vuelo, la articulación del hombro es libre, y son músculos los que unen el húmero a la escápula permitiéndoles rotar el brazo alrededor del hombro en la mayor parte de las especies.
Otros mamíferos como petauroscolugos o ardillas voladoras, no son capaces de volar activamente, pero han desarrollado pliegues de piel entre sus extremidades, que una vez extendidos les permiten planear, a veces, considerables distancias. Sin embargo, siempre necesitan de un punto en las alturas desde el que lanzarse en el planeo, y su capacidad de maniobrabilidad no es comparable en ningún caso a la de los quirópteros.

Adaptaciones para la vida acuática[editar]

La adaptación a la vida acuática también ha supuesto que la morfología de las especies anfibias y acuáticas haya tenido que vencer los obstáculos que les suponía el medio conquistado, aprovechando a la vez las ventajas ofrecidas.
El agua, especialmente la salada, tiene una densidad hasta 800 veces superior a la del aire, por lo que la estructura ósea de los animales marinos no necesita soportar el peso que soporta el esqueleto de los animales terrestres. Como contrapartida, vencer la fuerza de rozamiento que ejerce el medio durante el movimiento de los animales, requiere más energía que hacerlo en el aire o sobre la superficie de la tierra, de modo que es preciso que sus cuerpos sean hidrodinámicos.

Adaptaciones para la vida bajo tierra[editar]

Tanto los animales subterráneos que pasan la mayor parte de su vida bajo la superficie de la tierra, como aquellos que sólo emplean el subsuelo para protegerse, necesitan estar pertrechados de instrumentos para escarbar la tierra, y en efecto, las especies que no están dotadas de grandes incisivos, lo están de poderosas uñas en sus manos y con unos u otras, los animales son capaces de apartar la tierra que obstaculiza su paso.
Normalmente, todas estas especies son de pequeño tamaño, algo que resulta muy conveniente si se tiene en cuenta que cuanto mayor volumen tenga que atravesar el túnel, mayor será el trabajo necesario para desplazar la tierra.
Por otra parte, la piel de estos animales suele ser holgada y el pelo corto y erizado, dispuesto en cualquier dirección, todo en función de facilitar el tránsito por las galerías y los giros dentro de ellas.
El tupido y largo pelo de la rata-topo plateada (Heleophobius argenteocinereus) y la total alopecia de la rata-topo desnuda (Heterocephalus glaber) son las excepciones a esta regla.
Otras características físicas comunes a la mayor parte de las especies subterráneas o cavadoras son:
Sin embargo, ninguna de estas características es común a todas las especies, por lo que se piensa que más que ser adaptaciones para la vida subterránea, sean el resultado de la atrofia inducida por un escaso interés de los citados elementos anatómicos.

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