La abadía imperial de Corvey (en alemán: Fürstabtei Corvey) fue un monasterio benedictino a orillas del río Weser, a dos kilómetrosal noreste de Höxter, actualmente en Renania del Norte-Westfalia, Alemania.
En 2014, la Unesco proclamó la abadía de Corvey con su westwerk carolingio como Patrimonio de la Humanidad.
Historia[editar]
Fue fundada en 815 en un lugar llamado Neuhaus por los primos de Carlomagno Wala y Adelardo con monjes de la abadía de Corbie en Picardía, bajo el patronazgo del emperador Ludovico Pío y el abad de la anterior fundación. De ahí derivó su nombre (en latín: Corbeia nova). En 822 el monasterio fue reconstruido en el lugar actual a orillas del río Weser. Se convirtió en «uno de los santuarios monásticos carolingios más privilegiados de la Sajoniadel siglo IX»2 Se autorizó una ceca ya en 833,3 aunque las monedas que se han conservado datan de principios del siglo XI. El lugar de la abadía, donde la ruta este-oeste llamada Hellweg cruzaba el Weser, tenía cierta importancia estratégica y aseguraba su importancia económica y cultural. El historiador de la abadía H.H. Kaminsky calcula que la corte real visitó Corvey al menos 110 veces antes de 1073, ocasiones en que se emitieron cartas.
Un diploma emitido por Otón I en 940, el primero de su clase, estableció al abad, Folcmar, en un nuevo tipo de asentamiento. Al abad le permitieron bannus — poderes de policía— sobre la población de campesinos que buscarían refugio en la fortaleza construida en las tierras del monasterio; a cambio, se esperaba que mantuvieran su estructura, bajo la supervisión del abad. La mano de obra bajo protección monástica se tomaba de tres pagos, bajo la jurisdicción de cuadro condes, quienes, sin embargo, no iban a tener derecho a reclamar obra de fortificación de ellos. «He aquí, pues, una sanción provechosa, que rompe con la competencia ordinaria de los condes, confiada al monasterio», señala Karl Leyser.
Bajo la guía de abades escogidos de entre la familia imperial, Corvey recibió los primeros derechos de acuñar monedas al este del Rin (con la excepción de Frisia). Pronto se hizo famosa por su escuela, que produjo muchos eruditos célebres, entre ellos el historiador sajón del siglo XViduquindo de Corvey. En su biblioteca se conservaron los tres primeros libros de los Anales de Tácito; sin sospecharlo, allí estaban los Libros I-V.4 De sus claustros salió toda una corriente de misioneros que evangelizaron el norte de Europa, siendo el más destacado de ellos san Ansgar, el «apóstol de Escandinavia». Los Annales Corbenjenses, que surgieron en el mismo scriptorium, son una fuente principal de historia medieval —complementada espuriamente con el falsificado Chronicon Corbejense que apareció en el siglo XIX. Quedan pinturas murales del siglo X en el extremo occidental del muro interior.
Perdura el extremo occidental de la abadía, perteneciente al estilo carolingio, con sus destacadas torres gemelas (construidas en 873—885), la estructura medieval más antigua que se conserva en Westfalia, pero la iglesia abacial es actualmente barroca.
En la querella de las Investiduras, el abad de Corvey se puso junto a los nobles sajones contra Enrique IV. Su abad Markward (desempeñó el cargo entre 1081-1107), «sin duda alguna uno de los más importantes abades de los mil años de historia de la abadía» (Kaminsky) y su sucesor Erkenbert (1107-28) atendieron la abadía a través de este período crítico.
La escuela de Corvey declinó después del siglo XV, pero la abadía en sí, con la mayor parte de sus tierras feudales segregadas de ella, siguió hasta el año 1803, cuando fue secularizada bajo la administración napoleónica y pasó brevemente a Guillermo de la familia de Orange-Nassau, luego al reino de Westfalia de Jerónimo Bonaparte (1807), más tarde a Prusia (1815); el landgrave de Hesse-Rotenburg reconstruyó los edificios de la abadía como un palacio que se ha transmitido al duque de Ratibor.
La famosa biblioteca de la abadía ha desaparecido hace ya mucho tiempo, por haberse dispersado, pero el palacio alberga la «biblioteca principesca» (Fürstliche Bibliothek), una biblioteca de familia aristocrática, que contiene alrededor de 67.000 volúmenes, principalmente en alemán, francés e inglés. Un rasgo sorprendente de la colección es el gran número de novelasrománticas inglesas, algunas en ejemplares únicos, pues la ficción británica era más a menudo tomada prestada que comprada, y se leía de forma extensa en bibliotecas de préstamo.
La Abadía de San Heriberto (en alemán: Abtei Deutz) fue un monasterio benedictino fundado en 1003 y suprimido en tiempos de Napoleón, ubicado en Deutz (actualmente parte de Colonia como Colonia-Deutz, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, Alemania.
Fundación[editar]
Deutz era una pequeña aglomeración situada en la orilla derecha del río Rin, frente a Colonia, con la que estaba comunicada por dos puentes, de modo que funcionaba como un suburbio de esta ciudad.
El sitio estaba ocupado originalmente por un castrum romano, cuyo objeto era el control de la circulación por el Rin. En su homilía De incendio oppidi Tuitii, Ruperto de Deutz comenta que en la Edad Media algunas tradiciones adjudicaban su construcción a Julio César. En tiempos del emperador Otón I el Grande (936-973), su hermano Bruno, arzobispo de Colonia en 953-965, mandó demoler la fortaleza.
Heriberto, arzobispo de Colonia en 999-1021, fue un cercano colaborador del emperador Otón III, a quién acompañó en su lecho de muerte, el 23 de enero de 1002, en el castillo de Paterno de Civita Castellana, unos 40 kilómetros al norte de Roma. En ese momento había prometido al emperador fundar un monasterio en honor a Santa María.
Así pues, en el año 1003 Heriberto fundó este monasterio benedictino en Deutz. En su escritura de donacióntransfirió al nuevo monasterio importantes prebendas, como la iglesia parroquial de Deutz con sus derechos de diezmo en las granjas aledañas (Deutz, Kalk, Vingst, Poll, Rolshoven y Westhoven). También se otorgaron al monasterio un cuarto del bosque arzobispal de Königsforst y la mitad del bosque de Gremberg, ambos en la margen derecha del Rin.
Edad Media[editar]
El centro del complejo monástico fue una gran iglesia abacial románica de planta central, sin soportes, cuya cripta aún se conserva. Fue edificada empleando las ruinas del antiguo castrum, y consagrada por Heriberto en 1020.
Un año después, en 1021, la cripta acogió los restos mortales del mismo Heriberto.
El teólogo Ruperto de Deutz fue abad en 1119-1129. En su homilía De incendio oppidi Tuitii, sobre el incendio que en 1128 devastó la aglomeración que rodeaba al monasterio, comenta la fundación del mismo y su situación hasta ese momento.
Heriberto fue canonizado en 1147, y el 30 de agosto de 1147sus restos fueron exhumados por el abad Gerlach. Alrededor de los años 1150-1160 el sarcófago de madera fue envuelto en un magnífico relicario de 68 x 153 cm, hecho de plata dorada, bronce dorado, piedras preciosas, perlas, émail brun y esmalte. La abadía tomó entonces su nombre.
Entre 1164 y 1167 Teodorico, sacristán de Deutz, escribió el ahora perdido Codex Thioderici Tuitiensis, que incluye una Serie abbatum Tuitiensium en la que se mencionan los acontecimientos principales de la vida de los abades.
Abades de San Heriberto:
- 1119-1129: Ruperto de Deutz.
- .. ca. 1147: Gerlach
- ..... -.....: Hartpern — (sucesor de Gerlach)
Edad Moderna[editar]
Su localización estratégica sobre el Rin hizo del lugar escenario de operaciones militares, de modo que en los siglos XIV y XVI el complejo fue destruido y nuevamente reconstruido. La iglesia que podemos ver hoy es una obra del año 1663.
En tiempos de Napoleón el monasterio fue secularizado. En 1804 la iglesia abacial fue convertida en iglesia parroquial de Deutz, ya que la iglesia original del suburbio hábía sido muy dañada por la crecida del Rin de 1784. Los edificios restantes del monasterio fueron destinados a usos profanos y luego demolidos.
Hacia fines del siglo XIX se construyó en el centro de Colonia-Deutz la iglesia parroquial Nueva San Heriberto (Pfarrkirche Neu St. Heribert). Allí se encuentra hoy el relicario de San Heriberto, del siglo XII, que contiene sus restos.
La vieja iglesia abacial, obra de 1663 que conserva aún la cripta del siglo XI, es hoy empleada como lugar de culto por la comunidad griega ortodoxa de Colonia.
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